Gran Sabana no postal

Mi madre siempre dice que vivo "en el fin del mundo". Yo vivo en la Gran Sabana, en el sureste extremo de Venezuela, en un sitio tan distante
y tan distinto que hasta se me ocurrió quedarme a vivir. Los invito a conocer esa Sabana que experimento en mi cotianidad: la Gran Sabana no postal.

martes, 17 de abril de 2012

Medicina cuántica en cuarto de hotel


En su viaje de comienzos de abril de 2012, López promocionó la posibilidad de medir un nuevo parámetro: el nivel de mercurio. Foto: Morelia Morillo


Una vez al mes llega a Santa Elena, el último pueblo venezolano en la frontera sureste, el médico naturista Carlos López y su mujer, también especializada en medicina natural.
Se hospedan en el Hotel Garibaldi, en la calle Ikabarú a una cuadra del hospital y es muy probable que, tan pronto como tomen una ducha, comiencen a trabajar: la habitación les sirve también de consultorio.

A través del programa de Ramón López, el top de la radio local, López, el naturista, promociona el análisis cuántico de resonancia magnética.

En 56 segundos el paciente puede obtener 25 exámenes, un total de 130 parámetros. Al finalizar la sesión, el doctor le entregará al paciente un informe con los resultados, el tratamiento indicado y las recomendaciones en materia de alimentación.

El médico explica que con los fitofármacos de Natural Force, la firma que representa, la persona puede tratarse desde un cáncer, hasta la tensión alta, pasando por los problemas renales y una precaria condición espermática. “Lo más importante, aconseja, es consumir un producto que sea bueno cueste lo que cueste”. Cada consulta tiene un valor de Bs. 350. Las medicinas recomendadas se cobran por separado.

López lleva tiempo visitando Santa Elena. Esta ciudad, de 15 860 habitantes, tiene un pequeño hospital que funciona a medias, un Centro Diagnóstico Integral (CDI) y un manojo de especialistas que en las mañanas atienen en el centro de salud público y en las tardes en sus consultorios. El propio médico naturista le explica a la audiencia que el precio de su consulta se equipara a lo que la persona gastaría en pasajes para ir a Ciudad Guayana o Ciudad Bolívar, en el área urbana de la entidad a 8 ó 10 horas de travesía.

En su viaje de comienzos de abril de 2012, López promocionó la posibilidad de medir un nuevo parámetro: el nivel de mercurio. “Para los amigos mineros”, puntualiza el locutor. “Y para el resto de la población, aclara el especialista, porque con las lluvias el mercurio se lava, los animalitos, los peces, comen por ahí y después la gente los consume y ese es un contaminante muy peligroso que puede producir muchas enfermedades.


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