Ahora, en mayo, se cumplen dos años del nacimiento de este blog. Decidí abrirlo y empezar a publicar por la misma razón que aún me mueve: continuar siendo periodista a pesar de vivir en la Gran Sabana, de la distancia, de la desconexión; un día de mayo de 2009 decidí apostar por las particularidades de la Sabana y cree esta bitácora.
¿Qué particularidades? Vivo en un territorio indígena, la tierra del pueblo pemön; a 15 minutos de Brasil; acá se habla español y portugués por igual y el pemón es de uso corriente entre los indígenas; hay turistas extranjeros todo el año; casi toda la Gran Sabana es área protegida y, sin embargo, la minería (que en teoría ya no existe) es la principal actividad económica de la zona, la otra es el contrabando de combustible. Son tantas las particularidades que, después de 37 post, dan para seguir escribiendo ¡Salud!
Ya cuento con 79 seguidores ¡Salud! No a todos los conozco, muchos han llegado acá por curiosidad, por afinidad, por causalidad. A todos les agradezco por ser lectores, pues (como siempre digo) “sin lectores no vale la pena seguir escribiendo”. De manera especial, vaya mi agradecimiento a mi hermana Adriana, a mi tía Elena, a mis panas Pedro Marín, Polito Bello y Eduardo Fuentes, a mi admirada Lili, a mi cuñada María Teresa, a la doctora Casteluccio, a Claudia Cazorla, a las sabaneras Carla y Mariana, a Marcos Olivares y a Mariana por recomendar el blog, a Sandra por darme la oportunidad de desarrollar mis temas con Marcapasos, al muy agudo Iván y a Kepler por ser los más consecuentes y activos.
Siempre estoy agradecida con Tewi y con Yirla pues, aunque no leen, pescan temas y hacen fotos.
He recibido 7.974 vistas ¡Salud! De todas, la crónica más leída es aquella que escribí con más tristeza: Su vida era salvar vidas. En noviembre de 2010 recibí 1.200 vistas. Las estadísticas dicen que me leen principalmente en Venezuela, en Estados Unidos y en España. Aunque en Suecia y en Chile también.
Me siento feliz, pero debo confesar que no satisfecha. Quiero escribir más. Recibir más lectores y sus comentarios y, a la vuelta de la esquina, hacer de este mi empleo: “Soy bloguera, periodista”, diré sin titubeos cuando vuelva a vivir del oficio que amo. Tengo pendiente contarles, por ejemplo que en las radios locales, se publicitan burdeles, que Douglas, sin ser gineco-obstetra ha parteado a más de 500 mujeres en su vida, que este es el paso y parada de los mochileros que atraviesan Suramérica y brindarles la historia de Manuela, una que me dejó sin habla.
¡Salud! Sientan todos el sabor amargo del Kachirí, la bebida pemón hecha a base de yuca fermentada; refrésquense con Caipirinha o con cerveza, que en estos confines escasea todo, pero jamás la Polar; algunos, lo sé, preferirán un té de malva o de citronela. Para todos, mis agradecimientos y ¡Salud!